5 consejos para el diseño del espacio de aprendizaje activo
Para que el alumno se sienta el centro debe contar con un espacio y recursos que le ayuden en su aprendizaje autónomo

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Para que el alumno se sienta el centro debe contar con un espacio y recursos que le ayuden en su aprendizaje autónomo
La educación debe evolucionar al mismo ritmo que lo hace la sociedad, integrando las innovaciones que le va proporcionando la ciencia y la tecnología. Uno de los métodos más innovadores se basa en darle más protagonismo al estudiante y ofrecerle un espacio donde desarrollar sus capacidades por él mismo, con ayuda de sus profesores y compañeros.
El aprendizaje activo es una manera de enfocar toda la atención sobre el alumno y darle todas las herramientas y recursos para poder aumentar su grado de implicación y participación.
En este caso, el profesor es clave para orientar y apoyar a los alumnos en el aula y motivarles a ser curiosos y superar nuevos retos.
Este método de enseñanza encuentra gran apoyo en las aplicaciones tecnológicas, principalmente como herramienta para hacer más activa la educación y desarrollar habilidades resolutivas.
Integrar este método de aprendizaje pasa por ofrecer unas instalaciones que faciliten la consecución de objetivos y el trabajo colaborativo.
Las soluciones de mobiliario deben permitir adaptar el aula según las necesidades que surjan:
La tecnología debe estar presente en todas las aulas y debe ser un recurso esencial para la consulta y contraste de información, así como para la toma de apuntes y el estudio personal.
Ofrecer tomas de corriente y espacios con el material necesario, tiene que ser una realidad en cada centro educativo.
En el aprendizaje activo tiene mucho peso el trabajo con el resto de compañeros y la colaboración al poner las ideas en común para avanzar en el aprendizaje.
Para esto, es importante que el aula ofrezca el espacio y la adaptabilidad necesaria para que los alumnos puedan compartir sus ideas y trabajar en equipo de forma fácil y cómoda.
Fuera del aula también es importante preparar espacios que ayuden a que los alumnos trabajen de forma conjunta y colaborativa.
La puesta en común del trabajo no tiene que limitarse al aula, sino que también debe incentivarse durante el estudio personal y el tiempo libre de los alumnos.
La transformación digital y el uso de las redes sociales nos conduce a que cada vez seamos seres más visuales, donde las imágenes y el vídeo sean mejores recursos que los textos.
Por ello, es importante que los alumnos dispongan de pizarras y paneles donde poder plasmar sus ideas de forma visual.
Proyectores y pantallas también serán necesarios para que los alumnos puedan presentar sus ideas frente al resto de compañeros.
El aula debe ser un espacio donde todos los alumnos se sientan iguales y escuchados. Por tanto, se debe facilitar la interactuación y el diálogo abierto.
Cualquier espacio debe ser adaptable para llevar a cabo coloquios y debates de forma cómoda y accesible para todos.
Junto a todo esto, es importante ofrecer espacios de trabajo individual y silenciosos que ayuden a la reflexión y a la asimilación de lo trabajado en clase.
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